Muchas veces nos llegan clientes con experiencias frustradas en el intento de hacer acciones con influencers, ya sea porque la acción no cumplió sus expectativas, no tuvo el rendimiento esperado o, peor, porque invirtieron plata y/o productos y no les generó (o no pudieron medir) ningún retorno. ¿Qué hacer en esas situaciones y cómo evitarlas? Les contamos en este artículo.

En primer lugar, es necesario entender que no siempre necesitamos invertir ni productos ni dinero para generar acciones junto a marcas o figuras. A veces, el intercambio se puede dar en reuniones de trabajo o en espacios de networking, porque se generan comunidades con otros profesionales o con otras marcas del mismo rubro que, a futuro, puedan tener un rédito intelectual o de otro tipo de valor.

En segundo lugar, antes de iniciar cualquier tipo de acción estratégica con terceros, es necesario tener súper en claro cuál es el objetivo que se quiere alcanzar. Esa respuesta no puede ser “conseguir más seguidores”: el fin de estas alianzas debe significar un aporte a nuestro negocio, ya sea económico, comercial o comunicacional.

Algunos de esos objetivos pueden ser:

  • llegar a nuevos públicos que no formen parte de mi target inicial;
  • amplificar el alcance de nuestra marca, es decir, extender nuestro negocio y, por ejemplo, comenzar a vender en formato mayorista o extender los puntos de venta a todo el país;
  • explorar nuevas posibilidades, como cambiar el packaging, personalizar productos, generar ediciones especiales, y más.

Las posibilidades para generar alianzas son muchísimas, y no necesariamente son un canje sólo porque sí.

Otro elemento a tener en cuenta al momento de aliarse, es intentar generar un storytelling en torno al producto o servicio que ofrecemos. Hoy en día existe muchísimo contenido en las redes sociales, y no podemos darnos el lujo de que nuestros productos no capten la atención de los usuarios. Pensar una historia en torno a lo que queremos promocionar y planificarla en conjunto con nuestros aliados nos dará credibilidad y permitirá que quienes se sientan interpelados por la propuesta lo hagan de manera fiel, lo que a su vez incrementará la posibilidad de que esos users se conviertan en potenciales clientes.

Recordá que, cuando hablamos de alianzas estratégicas, hay que pensarlas como tales y planificar la estrategia detrás de lo que haremos. ¿Nos sirve invertir en un influencer con un millón de seguidores si su engagement rate es bajo o si su público y el nuestro no necesariamente se parecen?, es una de las primeras preguntas que deberían surgirte. Quizás convenga aliarse con cuentas con comunidades más pequeñas pero más fieles, garantizando así un rendimiento orgánico más prometedor. Además, por supuesto, la elección del influencer o cuenta con la que se generará la alianza, estará directamente relacionada con el objetivo a cumplir.

Por último, contemplá una instancia de diagnóstico y evaluación de la acción. Si se concretó, ¿cuáles fueron los resultados? Si no se logró la acción o los resultados no fueron los esperados, ¿qué se hizo y cómo se hizo? ¿Qué pasos se podrían haber hecho mejor? ¿Hubo alguna instancia en la que no estuviste presente?

Las redes sociales cambian todo el tiempo, y lo que ayer funcionó, quizás hoy no tenga la mejor performance, ¡y viceversa! No tengas miedo de generar alianzas estratégicas, animate a planificar la tuya y a buscar los mejores resultados posibles para lograr el alcance de tus sueños.