Ya estamos en los primeros días de 2024 y nos espera un año muy desafiante (¿qué año no lo es?) para quienes dirigimos negocios. Por eso, hoy queremos hablar sobre la planificación anual: un concepto que suena a cliché pero, tomado con responsabilidad, puede convertirse en una herramienta valiosísima para el crecimiento de tu empresa.
Primero lo primero: ¿Por qué es importante planificar?
La instancia de planificación anual nos obliga, en primera instancia, a parar la pelota. Es muy común que la operatoria de nuestros negocios nos envuelva y nos mantenga en el día a día, sin dejar mucho espacio para la mirada a mediano y largo plazo. El problema con esto es que para crecer necesitamos proyectar.
A veces caemos en la erradísima concepción de que planificar es únicamente setear algunos objetivos que nos impulsen a superar los resultados del año anterior, volcarlos en un Excel para darles seguimiento, comunicarlos y listo. Si bien esto es obviamente mejor que nada, es solo un paso de lo que una verdadera planificación anual comprende.
Te invitamos a desglosarla en pasos para quitarle complejidad y que te animes a hacerla.
Planificación anual paso a paso
Lo primero que deberíamos hacer en este punto es justamente abstraernos de la actividad de nuestro negocio: separar al menos un día en el que nadie nos pida ni consulte nada para poder trabajar 100% enfocadxs en este análisis.
Lo segundo que vas a necesitar es tener a mano y preparada previamente toda la información que deberías analizar durante la planificación anual para ahorrar tiempo: objetivos y resultados del año anterior, aprendizajes y oportunidades que hayan detectado, proyectos realizados en el año y sus conclusiones (puede ser un lanzamiento de un nuevo producto, la incorporación de un recurso o herramienta, la adopción de un sistema, entre otras cosas).
Ya sea una empresa unipersonal o de varios integrantes, el tercer punto clave es que puedan definir previamente la agenda para ese encuentro. De esta forma, podrán plantear un recorrido punto por punto para no olvidarse nada, y también podrán identificar cuánto tiempo se requerirá para el abordaje total de la agenda.
Te compartimos un punteo de lo que no debería escaparse de una planificación anual:
- Revisar misión y visión de la empresa + objetivos de mediano y largo plazo previamente seteados. Si no tenés ninguno de estos recursos, es un gran momento para redactarlos.
- Detectar oportunidades de mejora derivadas del análisis de los resultados del año anterior + el contexto proyectado para el año en curso
- Establecer los objetivos de corto plazo (para el año que comienza) que estén alineados con los de mediano y largo plazo + establecer las metodologías necesarias para alcanzarlos
- Calendarizar instancias de revisión de resultados y definir la modalidad
- Definir los proyectos a realizar en el año desglosados por áreas clave de la empresa (marketing, ventas, recursos humanos, operaciones, etc.) y acotarlos, de ser necesario, con inicio y fin.
Cinco consejos prácticos para la planificación anual:
- Revisá lo hecho el año anterior: antes de planificar el futuro, volvé sobre lo que se hizo el último año (o dos años, si tu negocio tiene más de 5). ¿Qué estrategias funcionaron y cuáles no? ¿Qué porcentaje de cumplimiento sobre los objetivos que tenían lograron alcanzar? ¿Qué acciones dejaron de lado o desestimaron, y por qué?
- Establecé objetivos: te recomendamos que no te quedes solamente con objetivos comerciales o de facturación. Fijate si necesitás reducir las horas empleadas en algún proceso, sumar alguna herramienta que automatice tareas, contratar personas, entre otras tareas. Establecé KPIs o hitos que indiquen fácilmente que el objetivo está cumplido para poder analizarlo luego.
- Involucrá a tu equipo: la planificación no es tarea exclusiva del dueño del negocio. Sumar a tu equipo en el proceso fomenta la cooperación en el cumplimiento de los objetivos, ya que los sentirán mucho más propios que si les fueron impuestos. Además, el punto de vista de quienes están a cargo de las diversas áreas puede ser clave para entender prioridades.
- Hacé un presupuesto realista: conocé tus ingresos y gastos, y asigná tus recursos de manera prudente. Esto te va a permitir entender cuáles de tus objetivos son realizables en este período y cuáles deberían esperar.
- Revisá y ajustá regularmente: la planificación no es estática. Programá revisiones periódicas (recomendamos trimestrales como plazo máximo) para evaluar tu progreso y ajustar tu plan según sea necesario.
Conforme pasen los años y vayas ganando práctica, este proceso se puede ir complejizando mediante el agregado de herramientas de medición, tableros de mando y revisiones más profundas por área.
No obstante, si abarcás todo lo que mencionamos en esta nota, vas a tener garantizado un 2024 con mucha claridad para accionar y una ventaja competitiva enorme por sobre aquellxs que todavía no estén haciendo su planificación anual.